Investigadores de INDEHESA, junto con otros de la Universidad de Córdoba y del CSIC, hemos publicado recientemente un trabajo en la revista Scientific Reports (Abril 2018. Num. 8: 5631) sobre la diversidad genética de las poblaciones europeas de la avispilla del castaño (Dryocosmus kuriphilus), una especie originaria de Asia e invasora en Europa que está devastando la producción de castañas en nuestro continente. Esta plaga se detectó por primera vez en plantaciones de castaño (Castanea sativa) de Italia en 2002 a partir de material infestado traído de Asia. El adulto es una avispa del tamaño de un grano de arroz que hace la puesta en las yemas del castaño, pasando éstas desapercibidas en una primera fase. Es al año siguiente en primavera cuando las yemas que dan lugar a las hojas se abren y las larvas comienzan su desarrollo. Durante este proceso se forman las agallas en las hojas y en los brotes del árbol, unas bolitas carnosas dentro de las que se alimentan las larvas. Como consecuencia, el árbol tiene menos hojas y flores, y su producción de castañas desciende hasta un 80%.
Los resultados de nuestro estudio apuntan a que la población de avispilla del castaño proceda de muy pocas hembras introducidas accidentalmente en Italia a partir de material vegetal infestado traído de China. Tras secuenciar 5 genes (3 mitocondriales y 2 nucleares) de avispillas procedentes de zonas invadidas por esta especie en Andalucía y compararlos con las secuencias de otros individuos recogidos en otras zonas invadidas en Europa y de su área natural de distribución en Asia los resultados muestran que, en las áreas invadidas de Europa, las poblaciones son genéticamente homogéneas surgidas de uno o pocos individuos. Esta baja variabilidad se debe a la capacidad que tienen las hembras de producir hijas sin necesidad de ser fecundadas por un macho. De hecho, no se han descrito nunca machos para esta especie (podrían no existir, tal como se ha observado en otros himenópteros). Esta estrategia reproductora otorga a este insecto un alto potencial invasor, porque un único ejemplar puede dar lugar a un gran contingente de invasores en poco tiempo.
Actualmente la plaga ha invadido toda Europa y en España, adonde llegó en 2012, desgraciadamente se ha extendido por casi todas las zonas castañeras. No existe ningún tratamiento químico fitosanitario contra los adultos ni las larvas, si bien en varios países se ha introducido ya un parasitoide también asiático que, aunque no elimina, reduce las poblaciones de la plaga. No obstante, combatir a una especie introducida introduciendo otra especie puede acarrear problemas ecológicos y, aparte, en estos momentos creemos necesario poner el énfasis en la prevención en aquellas zonas en las que, o bien no se ha detectado la especie, o bien se la ha atajado a tiempo destruyendo los plantones infestados. Algunas de estas zonas son los castañares del Sistema Central y de la comarca de Villuercas, donde la situación todavía no es tan grave como en regiones como Galicia, donde la expansión es ya imparable. En Extremadura todavía hay tiempo para prevenir la invasión masiva, y esto es algo que depende de los agricultores en gran medida.
A nuestros castañares la avispilla no va a llegar volando, sino en las yemas de plantones importados de zonas como Galicia. Por ello, se debería evitar a toda costa la introducción de plantas de estas regiones en áreas en las que la plaga no está establecida. A fecha de hoy la administración nacional no prohíbe el tránsito de planta por el país desde zonas infestadas. De hecho, nos consta que desde viveros gallegos está llegando a Extremadura, Ávila… plantones de castaños infestados por avispilla. La solución sería que los viveros que reciben plantas de zonas infestadas las tuviesen un año en cuarentena antes de venderlas al público… pero desgraciadamente esto tampoco se hace. Por todo ello, y después de ver con impotencia este trasiego de planta infestada por toda España, nuestro consejo a los agricultores es no comprar ni meter plantones de fuera en aquellos pueblos todavía no atacados masivamente por la avispilla del castaño. Una medida que puede parecer radical, pero necesaria de cara a parar a esta plaga que puede provocar la ruina del sector castañero. El perjuicio de la llegada de una plaga como la avispilla es mucho mayor que las ventajas que se publicitan sobre los clones traídos de vivero, es mucho más seguro seguir trabajando con las variedades locales e injertar las nuevas plantas con ellas. El futuro económico de muchos pueblos de Extremadura y otras regiones cercanas depende de ello.
Los resultados del artículo han sido recogidos por varias webs y medios de información nacionales e internacionales:
https://www.nature.com/
https://www.sciencedaily.com/
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